Al valle
llegó un poeta.
Cayó desde una altura considerable.
Y se mató.
Entonces llegó otro poeta
-pues menester es continuar con esta historia-
y éste llevaba paracaídas
y una maleta llena de guantes
que a nadie le quedaban.
Y a todos les entró un odio terrible.
Y echaban espuma por la boca.
Y uno se disfrazó de burro.
(En secreto las mujeres
ansiaban encontrárselo de frente.
Y los hombres de espalda
pero nadie
fue capaz de admitirlo frente al juez.
Y en cambio se deshacían en insultos
y hasta golpearon al juez
y se comieron al burro).
Como si fuera poco
se supo que el poeta escribía
un libro lleno de páginas en blanco
sin una sola letra ni un sonido
ni una gota de tinta en el margen.
Y no estalló un escándalo
de escasas repercusiones,
poco ruido,
nadie juró matar a nadie
mas bien se quedaron en sus casas
otra vez.
Es que no había nada entre esas hojas…
Ni un aliento de pájaro, ni un soplo.
Ni un leve murmullo persistente…
llegó un poeta.
Cayó desde una altura considerable.
Y se mató.
Entonces llegó otro poeta
-pues menester es continuar con esta historia-
y éste llevaba paracaídas
y una maleta llena de guantes
que a nadie le quedaban.
Y a todos les entró un odio terrible.
Y echaban espuma por la boca.
Y uno se disfrazó de burro.
(En secreto las mujeres
ansiaban encontrárselo de frente.
Y los hombres de espalda
pero nadie
fue capaz de admitirlo frente al juez.
Y en cambio se deshacían en insultos
y hasta golpearon al juez
y se comieron al burro).
Como si fuera poco
se supo que el poeta escribía
un libro lleno de páginas en blanco
sin una sola letra ni un sonido
ni una gota de tinta en el margen.
Y no estalló un escándalo
de escasas repercusiones,
poco ruido,
nadie juró matar a nadie
mas bien se quedaron en sus casas
otra vez.
Es que no había nada entre esas hojas…
Ni un aliento de pájaro, ni un soplo.
Ni un leve murmullo persistente…